El sol pega en mi cara de nuevo, entrando por la pequeña ventana de tu corazón.
Arrastrando mis caminos, dejando roto el hilo de mi vida.
Odio, amor, conviviendo en un solo frasco, alegría fruto divino, que nace de ti que nace de mí.
Deshojando mil palabras arrogantes y egoístas.
Engendra miradas envidiosas, en el abismo de tú alma.
Labios indefinibles, pronunciando cobardes palabras vulgares.
Arrastrando mis caminos, dejando roto el hilo de mi vida.
Odio, amor, conviviendo en un solo frasco, alegría fruto divino, que nace de ti que nace de mí.
Deshojando mil palabras arrogantes y egoístas.
Engendra miradas envidiosas, en el abismo de tú alma.
Labios indefinibles, pronunciando cobardes palabras vulgares.